Este viaje combina la majestuosidad de Australia con la exotismo de Tailandia, ofreciéndote una aventura llena de paisajes impresionantes, historia y cultura vibrante.
Comienzas en Melbourne, una ciudad cosmopolita y culturalmente rica. Recorre sus icónicas calles con grafitis, explora la vibrante escena gastronómica y disfruta del encanto europeo de sus edificios históricos.
Desde Melbourne, te embarcas en un recorrido por la Great Ocean Road, una de las rutas más espectaculares del mundo. Aquí, los imponentes Doce Apóstoles, los acantilados escarpados y las playas salvajes te dejarán sin aliento.
Sigues hacia Adelaida, conocida por su elegancia y su cercanía a los mejores viñedos del país. Un paseo por sus calles tranquilas y su vibrante oferta culinaria es el complemento perfecto antes de continuar hacia la naturaleza.
En Kangaroo Island, la vida salvaje toma el protagonismo. Conocida por sus impresionantes paisajes y su fauna única, aquí podrás ver canguros, koalas y leones marinos en su hábitat natural.
Luego, llegas a Cairns, la puerta de entrada a la Gran Barrera de Coral. Sumérgete en aguas cristalinas para explorar este ecosistema submarino lleno de vida, o aventúrate por la selva tropical de Daintree.
El siguiente destino es Ayers Rock (Uluru), el corazón espiritual de Australia. Este monolito rojo es un espectáculo al amanecer y al atardecer, mientras aprendes sobre la cultura aborigen y su conexión con la tierra.
Finalizas el tramo australiano en Sídney, donde la icónica Ópera House y el Puente de la Bahía te darán la bienvenida a una ciudad vibrante y sofisticada. Relájate en Bondi Beach, explora Darling Harbour y disfruta de la energía cosmopolita.
El viaje continúa en Bangkok, la capital de Tailandia. Entre templos dorados, mercados flotantes y calles llenas de vida, te sumerges en la cultura tailandesa mientras descubres su fascinante historia.
Después, en Koh Samui, el paraíso tropical te espera con playas de arena blanca, aguas turquesas y una atmósfera relajada. Explora templos budistas, disfruta de la gastronomía local y déjate llevar por la tranquilidad de la isla.
Regresas a Bangkok para el cierre del viaje, permitiéndote una última inmersión en la energía de la ciudad antes de partir.
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